martes, 1 de abril de 2014

Preguntas a partir del libro "Marxism and Literary Criticism" de Terry Eagleton.


1) ¿Cómo funciona la literatura como ideología?
La crítica marxista se sustenta en el fundamento teórico que estable a las relaciones sociales de producción devenidas del intercambio comercial como el fundamento del cual emergen la producción de las ideas , los conceptos y la conciencia. De este modo, toda obra de arte se encuentra circunscrita a un momento histórico concreto que la determina o, en otras palabras, la obra se origina a partir de una concepción ideológica del mundo. Asimismo, el modo de producción de la vida material condiciona los procesos de vida social y la creación artística  A partir del surgimiento de la superestructura sobre la base económica, la ideología, considerada como una compleja red de percepciones sociales que legitiman a la clase dominante (que posee los medios de producción), constituye una manera de entender a la obra literaria a través del proceso social en el cual se desarrolla.
En este sentido, la literatura es el producto de relaciones sociales concretas, emergida de la ideología dominante de la época pero que no se limita a reproducir las ideas directas de cualesquiera doctrinas sino que en la mayoría de los casos la confronta y la trasciende. La literatura como ideología ahonda en la manera que el hombre interviene en un momento histórico determinado y cumple con su rol social, al mismo tiempo echa luz sobre sus valores e imágenes.
El ejemplo que desarrolla el autor con Tierra baldía de Eliot muestra cómo la conciencia del hombre experimenta una ruptura con la época moderna.

2) ¿De qué manera se relacionan la forma y el contenido literario?
La crítica marxista establece como un principio la identidad entre forma y contenido. Esta tesis de raigambre estética hegeliana propone una relación directa entre la forma y la historia, es decir, que la forma no es arbitraria, el artista no manipula la materia (literaria) caprichosamente sino que ésta es determinada por la historia. Dicho en otras palabras, la forma es el resultado del contenido, o la Idea (el “espíritu absoluto”) sucesivamente buscará formas para encarnar en cada etapa de la Historia.
Para la teoría marxista el contenido antecede a la forma de forma analógica a los cambios que se producen en la sociedad determinan las formas de la superestructura. La tensión entre estos dos elementos, asimismo, estará en proceso dialéctico.
Por otra parte, si se toma cuenta en cuenta el vínculo entre forma e ideología, es la necesidad colectiva, la toma de conciencia de un grupo con respecto a su nuevo papel en la sociedad la que de alguna manera genera el cambio en la formas.
Para ejemplificar estas ideas se puede tomar como ejemplo el barroco español. Según los postulados de la crítica marxista, las formas (o el estilo) barrocas responde unos formularios históricamente determinados por el ambiente espiritual de la época, es decir que la riqueza, el carácter opulento y la exuberancia del reino español sólo podía encarnarse en formas que reflejaran dicho espíritu: la saturación verbal, los cultismos, el oscurecimiento de la forma, etc.