miércoles, 5 de febrero de 2014

Una aproximación a la cultura popular: Walter Benjamin y el arte de masas (Reflexión)





En el ámbito de los estudios culturales la figura de Walter Benjamin emerge como heredero directo de la escuela de Frankfurt (Adorno y Horkheinmer), los cuales hicieron una crítica a la cultura de masas derivada de la gran industrialización y urbanización que en el  siglo XIX proyectaron profundos cambios en todos los ámbitos de la vida. En este sentido, la industria cultural nace como una respuesta a la demanda de las clases populares. Benjamin observa que en dicho proceso el arte sufre la desublimación donde el objeto artístico pierde su carácter oculto y pasa al dominio de los bienes de consumo; asimismo ya no persigue un fin trascendente, sino el mero entretenimiento.
Benjamin interviene en la cuestión otorgando una importancia al arte de masas que anteriormente le había sido negado, de este modo sería un tipo de producción que conservaría su estatuto de artístico pero ajeno al canon. El autor coincide con los teóricos de Frankfurt en establecer la pérdida del aura del objeto artístico debido a los mecanismos de producción y consumo masivo. El centro de interés en que el autor focaliza la mayor parte de sus reflexiones al respecto se encuentra en el cine pues para él representa con gran precisión la obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica; su carácter de exhibición masiva y la inmediatez  de su reproducción
Según él, los espectadores masivos fueron los responsables de la preferencia de la copia sobre el original. Esta idea encuentra un claro ejemplo en star-system que se evidencia en la manera en que las grandes industrias cinematográficas venden la figura del actor más allá de su trabajo en los filmes.
En nuestra cultura cinematográfica popular, la influencia de Estados Unidos, específicamente de Hollywood, ha promovido a un sinfín de actores en el mercado con el objetivo de que se conviertan en íconos y se genere el “culto a la estrella”. Un caso reciente es la actriz Kristen Stewart quien tras participar en películas como Into the wild (2007) alcanzó la celebridad tras filmar el papel protagónico en la serie Crepúsculo (2009), después de este trabajo su inmersión en producciones con carácter más independiente y artístico (el llamado “cine de culto”) como On the road  (2012) ha suscitado polémica. ¿Hasta qué punto el director es consciente de otorgar un papel protagónico a una actriz producto del star-system?
De acuerdo con los postulados de Walter Benjamin la imagen contemporánea reafirmó la esencia comercial de sus productos. Asimismo, pensaba que no había un arte puro, libre de toda función social. El arte de masas es intrínsecamente tecnológico porque nace a partir de una sociedad tecnológica.  Por tal motivo el valor artístico ya no tenía nada que ver con la originalidad o unicidad, éste reposaba sobre su capacidad exhibitiva; como se ha dicho, la obra despojada de su aura o huella humana perdía su naturaleza original. Como consecuencia de este efecto, la obra adquiere una función social ya que su presencia irrepetible y necesaria para el goce estético se convierte en una exhibición para las masas, el cual va encaminado a la distracción.
Este cambio en la praxis pasó a convertirse en representación política de las masas. Por tal motivo el análisis de Benjamin desemboca en una superación revolucionaria del arte tradicional y la recepción del arte al servicio de las masas. El “esteticismo político” detentado por el fascismo sería respondido con la politización del arte. Dicho grupo dominante exalta a la muchedumbre y promueve la masificación del individuo para que se sienta protagonista de su destino. Esta nueva forma de hacer política basada en el discurso oral y las técnicas de reproducción y montaje se puede ejemplificar en nuestro contexto mediante la observación del discurso transmitido por la mayoría de las películas norteamericanas en las que una bandera estadounidense hondea al fondo del plano ya sea en medio de una guerra o en la cima de un rascacielos donde el superhéroe hace su aparición.  Este elemento siempre representa la figura del salvador o en palabras de Benjamin: “la exaltación de la figura del caudillo”. Del mismo modo la exacerbación del nacionalismo es evidente como un elemento determinante en la formación del auto concepto hegemónico. En las películas de Hollywood Estados Unidos siempre es  visto como el salvador de la humanidad o en otros casos como el país que fue capaz de resurgir después del desastre.
En la relación supeditada  entre el arte de masas y la cultura de masas, la materialización será a partir de acciones humanas y no sólo de intereses materiales, de lo cual se deriva que el arte popular queda fuera del ámbito comercial. Para ejemplificar esta idea, la evocación del artista estadounidense Bansky,  uno de los representantes del Street art puede dilucidar varios aspectos. Bansky es un artista gráfico proveniente de las clases  bajas que tras el anonimato se ha posicionado como un líder de la contracultura. Su obra es la expresión de la crítica política y social a los efectos del capitalismo, así como los problemas de la moralidad, la sátira y la cultura pop. Su técnica consiste en la combinación de grafitti y estarcido con plantilla. Inició su trabajo en París en 1981 y sus obras se pueden apreciar en diversas ciudades del mundo, aunque Londres ha sido el principal sitio donde ha plasmado sus obras.
El interés que ha suscitado Bansky en los teóricos del arte se relaciona con la ambigüedad de su carácter artístico. Algunos como Peter Gibson lo han considerado como la mera expresión del vandalismo y más aun como una preocupación para la sociedad. Esta postura revela que en la actualidad la inclusión del arte popular dentro de los canones dista mucho de ser reconocida. Por otro lado, teóricos como Luis Jaume afirma que la obra de Bansky tiene un concepto vago, que se dirige a un público no experto en arte y que su cualidad satírica no le otorga un status de artista a su creador. De esta valoración es interesante reflexionar que algunos académicos consideran que los artistas deben dirigirse a especialistas de arte para su valoración, de lo contrario un juicio popular es vano e inútil.
Como conclusión se puede constatar que el debate sobre el arte popular o el arte de masas aún sigue vigente y sin solución. Las tesis sostenidas desde diversas áreas del conocimiento y por diferentes teóricos forman parte de una respuesta parcial y relativa a uno de los problemas sociológicos más complejos.


Javier Morales R.

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