Con
el fin de ejemplificar los conceptos desarrollados por Gerard Genette en el ensayo
El discurso del relato tomaré algunos
fragmentos del primer capítulo de la novela alemana Opiniones de un payaso de Heinrich Böll. El siguiente análisis
breve tomará en cuenta las nociones vinculadas con el modo.
Por
principios de cuentas hay que establecer que la totalidad de la obra está
sustentada en un manejo de anacronías en diverso grado. El hilo narrativo
siempre está en constante regresión hacia pasajes pretéritos que informan al
lector sobre el origen y desarrollo del problema (el abandono de Marie) y las
relaciones con diversos personajes que van apareciendo en la memoria del
protagonista (Hans), el cual se mantiene en su departamento hablando por
teléfono con varias personas. Estas llamadas serán el detonador de los
recuerdos. Como se verá, las anacronías son el fundamento estructural del
relato.
Dicho
recurso es ocupado desde el principio. La novela abre con la llegada de Hans a
su apartamento, el dolor que sufre al darse cuenta hasta qué punto el abandono
de Marie ha llegado a alterar aun las acciones mínimas de la vida generan una
analepsis interna.
El
punto de partida lo constituye el hecho de abrir la puerta de su habitación,
sin embargo, vemos esa analepsis interna aumentada por otras más, las cuales en
conjunto se podrían considerar como analepsis repetitiva o “rappels”, pues el
autor deliberadamente vuelve al mismo punto del abandono, la extensión de éstas
comprueba la brevedad que las caracterizas además de que su alcance es similar:
Durante
cinco años partí yo casi todos los días de algún punto y llegué a cualquier
otro punto, por la mañana subía y bajaba las escaleras de la estación, por la
tarde bajaba y subía las escaleras de la estación, por la tarde bajaba y subía
las escaleras de la estación […] Desde que Marie se ha ido, he perdido el ritmo
una que otra vez, he tomado el hotel por estación […] (p.9)
A
continuación el personaje comienza una presentación en la que explica el
sentido de su profesión histriónica, regresa fugazmente al presente en que lee
seis periódicos en la bañera y luego entona cantos litúrgicos en tono
melancólico pues éstos tienen mucha relación con Marie. En una derivación de
pensamientos Hans llega a agravar su condición depresiva al recordar su debacle
artística por el alcoholismo, lo cual le provocó una lesión en pleno
espectáculo. De nuevo hay una analepsis interna que en este caso se puede
considerar completiva pues llena el vacío que hay tras dicha lesión. El lector
debía reparar esa laguna pues no se podría entender cómo ha llegado a dicha
condición. Además se entiende que la narración seguía un camino en el que dicha
explicación había sido elidida “de lado”. En esa regresión la lógica narrativa
está parcialmente independiente.
Hacía tres
semanas que estaba yo casi siempre borracho y con falsa seguridad subía al escenario,
y las consecuencias se manifestaron más a prisa que en el caso de un mal
estudiante […] Transcurridas tres semanas ya no había flores en mi habitación,
a mediados del segundo mes se acabaron las habitaciones de baño […] (p.11)
Finalmente,
un caso de analepsis parcial, la cual entrega una información aislada y
recupera un antecedente, sucede cuando Hans recuerda a Züpfner:
Chiquillos aún, él y yo nos habíamos conocido, tanto, que al
volvernos a encontrar después, ya adultos, no sabíamos con exactitud si
teníamos que hablarnos de tú o usted, ambos tratamientos nos
desconcertaban, y cada vez que nos veíamos nos encontrábamos en apuro. (p.15)
Este
hecho tendrá mucha importancia en adelante pues explicará las relaciones que
mantuvieron dichos personajes e incidieron en el transcurso de la historia.
En
este primer capítulo no hay ninguna prolepsis y tampoco en la totalidad de la
obra ya que, como se ha mencionado antes, el recurso principal consiste en las
regresiones al pasado. No obstante, el sinfín de alusiones a un destino
fatalista sin Marie, se podrían considerar como alusiones al futuro que cumplen
con una fisión similar a las prolepsis.
Böll, Heinrich. (1963). Opiniones de un payaso. Barcelona: Seix Barral.
Javier Morales R.
Revisado.
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