martes, 14 de enero de 2014

Comentario sobre el texto "¿Qué es literatura?" de Terry Eagleton

A partir del texto que sirve como introducción en la obra de Terry Eagleton Una introducción a la teoría literaria queda claro que uno de los fundamentos de la teoría literaria que, en apariencia, debería ser un tema resuelto o al menos con ciertas bases a partir de las cuales se pueda erigir una ciencia del texto literario, aún no halla respuesta. Y esta cuestión  se remonta al primer fundamento: ¿Qué es literatura?
Este debate ha recorrido el devenir histórico sin encontrar una solución definitiva. Eagleton aborda el problema desde el siglo XVII en donde la distinción entre “hecho” y “ficción” se afirma como la primera manera de distinguir las obras literarias, sin embargo, de inmediato asaltan las dudas sobre dicho carácter literario pues hay casos como el de Pascal y Descartes que originalmente plasmaron sus escritos con intensiones filosóficas y ahora se leen como literarios, lo mismo sucede con textos científicos e históricos de la época como el Leviatán de Hobbes. Tampoco es válida la distinción entre lo “histórico” y lo “artístico” pues en algunas obras históricas existe un uso del lenguaje “novelístico”.  De este modo, se plantea el cambio de enfoque para volcar la mirada sobre el texto en sí mismo. En este punto los formalistas rusos son un hito en la historia de la crítica pues aplican la lingüística al estudio de la literatura; lo que antes permanecía bajo un halo de misterio se vuelve un objeto de estudio científico, es decir que se pueden analizar sus partes, develar la configuración de los textos y establecer qué es lo literario sin recurrir a sus aspectos sociológicos, políticos o cualquier otro plano fuera de lo plenamente formal. El texto literario ya no es un recurso ideológico ni un reflejo de la realidad, su justificación se halla en el mero lenguaje. De  acuerdo con sus premisas lo literario es aquello que presenta una desviación del lenguaje. Para lograr esta “rarefacción” se ocupan todas las figuras literarias como la metáfora, la aliteración, la hipérbole, etc, las cuales lograrán un efecto que supere al lenguaje mismo. El significado abstraíble evidencia una desproporción entre significado y significante. El lenguaje literario llama la atención por sí mismo en su resonancia, su plasticidad, etc. Por tal motivo establecen una diferencia entre el  lenguaje literario y la norma. El primero forma parte de ese desvío de la lengua y el segundo corresponde a la lengua que comúnmente usamos para comunicarnos.
No obstante, este planteamientos también presenta problemas al percatarse de que muchos textos pueden ser literarios si reciben un toque de ingenio o si son observados con una mirada más perspicaz que delate posibles ambigüedades, entonces la publicidad, los anuncios de la calle o frases comunes pueden adquirir lo literario según la persona que reciba el mensaje. Por otra parte, las normas y desviaciones no son algo que permanece eterno e inmutable, sino que cambian de acuerdo con el contexto histórico. Las diferencias temporales –y aun las de espacio- provocan que los juicios de valor cambien y lo literario se vuelve más difuso. Incluso dentro de una misma época, lo que se considera como literario, si es extraído de su contexto (la obra misma) y es llevado a otro plano puede perder su carácter original.
Como resultado de estas observaciones, Eagleaton defiende una postura que se encamina a defender la manera de leer de cada persona, en este sentido, no importa tanto lo que el autor desea manifestar sino lo que busca cada lector. Alguien puede leer literariamente un libro de biología y otro puede leer un poemario con fines informativos. De esto se genera un uso pragmático y uno no-pragmático que siempre se pueden alterar. Lo que parece emerger como algo evidente es que lo literario llama la atención sobre sí mismo, es decir que el discurso es autorreferente (función poética de Jakobson).
El autor avanza en sus ideas para aclarar que lo literario no es un conjunto de rasgos inherentes en una obra determinada, sino una manera en la que el lector se relaciona con lo escrito. La literatura no es algo que tenga una esencia definida, sólo es una construcción, una especie de convención necesaria pero que no tiene un carácter ontológico. La literatura tendría que ver con el papel que ocupa en el desarrollo social. Por lo tanto, la cuestión no pasa por lo práctico o lo no práctico sino por aquello que se considera “bien escrito”. Desde luego esto se centra en la percepción del público en una época determinada y también se encontrará lleno de arbitrariedades. Lo bien escrito se asimila a las bellas letras, y ambos conceptos son ambiguos pues comprometen a opinar que un texto (aparentemente literario) es bueno.
La consecuencia radica en la imposibilidad de estudiar la literatura como algo objetivo ya que siempre dependerá de la estima individual. El objeto de estudio no se puede estudiar como algo estable y bien definido. Asimismo, el canon literario pierde su validez porque su concepción está relativizada a un grupo de personas que leyeron a un autor y le concedieron un valor que no necesariamente será el mismo para otros grupos y otras épocas. Cada sociedad lee a un Homero o a un Shakespeare de manera distinta, es decir que la literatura siempre está en un proceso de reescribirse.
La interpretación de las obras literarias está en función de aquello que nos preocupa o interesa ergo es imposible hacer valoraciones totalmente desinteresadas. Por principio cualquier caracterización (a través del uso de adjetivos u otros recursos) evidenciará una fuerte carga subjetiva por ejemplo, al calificar a una catedral como “magnífica” y esto se debe a que cada uno tiene una manera diferente de ver el mundo.

Dichos valores se relacionan directamente con la ideología, es decir las formas y creencias, a menudo inconscientes que entran en contacto con el sistema de poder. Eagleton afirma que si bien la literatura no puede ser objetiva, tampoco hay una total subjetividad en los juicios de las personas pues estos son derivados y moldeados en los grupos sociales dominantes y la ideología que transmiten. 


Fuente: Eagleton, Terry (1998). Un introducción a la teoría literaria. México: FCE.

8 comentarios:

  1. Gracias por el post. Tengo que estudiar este texto para una materia de la facultad y me aclaró mucho los conceptos!

    ResponderBorrar
  2. Me confundió un poco lo del libro de biología...O sea,según Eagleton dice que este tiene un FIN,pero vos pones otra cosa.No se si me explico.
    El resto me gusto :)

    ResponderBorrar
  3. Es genial! Me encanto! Me sirvio muchisimo, gracias :)

    ResponderBorrar
  4. Sirve para comprender mejor los conceptos.

    ResponderBorrar
  5. Es sobre la introducción no más? O es sobre todo el libro este texto?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. si se trata de de la introducciòn a la literatura de Eagleton.

      Borrar
  6. por qué según Terry Eagleton ciertas obras literarias conservan su valor a través del tiempo?????? ayuda :((

    ResponderBorrar